El metaverso, al que muchos siguen vinculando con Mark Zuckerberg, todavía está encima de la mesa de las compañías tecnológicas. Aunque su presencia mediática haya disminuido y parezca que ha pasado a un segundo plano, son varias las actividades que ya se pueden hacer en este universo virtual. Enfundándose unas gafas, los usuarios pueden vivir experiencias totalmente inmersivas recreando prácticas posibles en el mundo físico y cotidiano o haciendo aquello que es más complicado de encontrar y realizar.

Un caso de aplicación vigente de esta tecnología lo encontramos en Decentraland, un mundo ya operativo en tres dimensiones. Funciona con su propia moneda virtual MANA, un NFT exclusivo para este universo, donde el usuario tiene la posibilidad de construir su avatar, establecer su hogar o comunicarse con otros internautas. En la actualidad, tras las últimas novedades tecnológicas vinculadas al sector criptográfico, la marca está viviendo un buen momento en cuanto al número de participantes.

Y es que cada vez son más las personas a título individual y las empresas que se quieren hacer un hueco en este campo virtual. Aunque a continuación entraremos a detallar tres actividades que están agarrando mucha relevancia, ya podemos observar la presencia de anuncios publicitarios y campañas de empresas de bancos, firmas de moda y hasta incluso criptomonedas. Pasear por una gran avenida y deleitarse con los escaparates ha dado el salto a las pantallas.

Las salas de póker

Los jugadores habituales de la práctica del póker encontrarán en el metaverso un espacio reconocible. La actividad guarda muchas semejanzas con la que se puede dar en las plataformas especializadas como PokerStars, caracterizadas por las partidas y campeonatos con dinero real. La principal diferencia, además de ligeros cambios en la experiencia, es que se requieren monedas virtuales para entrar en las diferentes mesas. Se suele operar solamente con NFT, un elemento necesario para realizar cualquier actividad que implique desembolso.

La variedad es otro aspecto al que hacer mención en este universo virtual. El avatar se puede ir encontrando con diferentes salones y, al entrar, ver más de diez mesas distribuidas físicamente por un salón. Pueden albergar cerca de 3.000 usuarios en su globalidad y contemplan las modalidades más sonadas, igual que sucede en los portales digitales de las últimas décadas, como la Omaha o la Texas Hold’em. Además, todo está amenizado con una música y una ambientación que recuerdan a los locales de antaño.

Espacio ideal para los eventos

El metaverso es un espacio aparentemente ideal para poner en contacto a personas que se encuentran alejadas las unas de las otras. Por ese mismo motivo, los eventos son una de las actividades donde más se está incidiendo. Ya existen ejemplos como la fiesta de MetaMask, que movilizó a más de 10 millones de personas; o la celebración de la Super Bowl LVI, considerada el primer espectáculo deportivo que se adaptaba plenamente a esta tecnología, ofreciendo a los aficionados nuevas experiencias digitales.

Más allá de fiestas, partidos y conciertos, tres clases de acontecimientos de ánimo festivo, también son varias las marcas que han aprovechado la presencia en el mundo virtual para seguir dándose a conocer. Son muchas las campañas de publicidad que han dejado huella como casos reales de: Coca Cola, con sus NFT coleccionables; Nike, con la personalización de avatares; Ferrari, con sus juegos dentro del mundo; o Volvo, con sus presentaciones de productos.

Galerías de arte NFT

Los NFT se hicieron muy populares, sobre todo, hace cinco años gracias a la inversión de internautas en arte digital. Como no podía ser de otra manera, existen varias plataformas y espacios dentro de este mundo virtual que reservan un espacio para que los propietarios de obras las den a conocer. Así pues, se trata de unas galerías colaborativas, como sucede en muchas ocasiones en el mundo físico, y ya hay nombres reconocidos como el Valle de las Galerías o el museo SuperRare.

Aunque en el mundo cotidiano, tal y como lo conocemos hasta ahora, ya se podían ver centros culturales que proponían indagar en obras virtuales mediante gafas de realidad virtual, realidad aumentada o códigos QR. el metaverso va un paso más allá. Ofrece la posibilidad de explorar e interactuar de manera más sencilla, sin necesidad de desplazamiento y poder ver colecciones internacionales sin tener que subir a un avión ni pagar un precio elevado para ello.